A
veces sentimos la necesidad de escribir, pero no sabemos de qué. En este caso recurriremos
a los mecanismos que rigen la inspiración externa.
Ejemplos:
1.
Observamos lo que sucede a nuestro alrededor y le añadimos un ¿y si…? En esta pregunta podría hallarse
el germen de una historia.
2.
Partimos de un conflicto. Un conflicto consiste en una contraposición de
fuerzas antagónicas. El personaje debe elegir y elija lo que elija: perderá
algo. El conflicto supone un dilema vital.
3.
Literaturizamos un fragmento de nuestra vida.
4.
Leemos o escuchamos una noticia y creamos una cadena de acción para su
protagonista, su padre o su hija. Escribiremos
una o dos oraciones por eslabón.
Eslabón 1:
Situación inicial estancada
Eslabón 2:
Ruptura
Eslabón 3:
Conflicto
Eslabón 4:
Objetivo
Eslabón 5:
Lucha por el objetivo con obstáculos
Eslabón 6:
Clímax
Eslabón 7:
Desenlace
5. Hacemos preguntas a un personaje que hemos ido creando en nuestra mente
hasta configurarlo por completo.
Bueno,
no nos demoramos más y damos paso a la página titulada Algunas técnicas inspiratorias.
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