La actividad mental consiste en la expresión de
emociones, sentimientos, juicios, opiniones, etc., a nivel interno del
personaje con punto de vista.
Con un narrador en tercera persona trabajaremos las
siguientes actividades mentales:
― Pensamiento
― Estilo indirecto libre
― Fluir de conciencia
Pensamiento
Expresaremos los pensamientos insertados en comillas
angulares («») y en redonda. Encontraremos las comillas angulares en insertar y después en símbolo. Los referiremos en primera persona y pueden contener monólogos interiores y
soliloquios (también en redonda).
El nivel de la voz narradora y el de la actividad mental
se hallan claramente diferenciados.
Ejemplo:
«No voy a hacerlo. —Ana se dejó caer en el sofá—. Claro que no voy a
hacerlo».
Ejemplo:
—Míralo, Juan. Todo está aquí. Aquí, documentado. —Alberto
pasa las hojas del informe sudoroso. «Los muy imbéciles creerían que no lo iba a descubrir».
Ráfagas de risa.
Ejemplo de pensamiento que contiene un monólogo interior:
«Tengo que hacerlo. No, es demasiado para mí y encima
mañana vienen. Sí. Si hago un esfuerzo, lo conseguiré. Pero ayer no me
llamaron. ¿Les habrá pasado algo? No sé yo, no sé yo. Bastante tengo ya con la
casa y los niños».
Ejemplo 1 de pensamiento que contiene un soliloquio:
«Tengo que hacerlo. No, es demasiado para ti y encima
mañana vienen. Sí. Si hago un esfuerzo, lo conseguiré. Pero ayer no te
llamaron. ¿Les habrá pasado algo? No sé yo, no sé yo. Bastante tienes ya con la
casa y los niños».
Ejemplo 2 de pensamiento que contiene un soliloquio:
«Todo está bien. Todo está en orden. Pero qué manía
tienes de engañarte: tu vida es un completo desastre. No, no es verdad.
Conseguiré el dinero y no pasará nada».
Estilo indirecto libre
El estilo indirecto libre consiste en la supresión de las
comillas angulares de los pensamientos, fundiéndose así el pensamiento del
personaje con punto de vista y la voz del narrador. Puede contener monólogos interiores (en tercera persona y en redonda).
Aunque el nivel de la voz narradora y el de la actividad se
hallan mezclados, nosotros (como autores) los diferenciaremos. Al transformar pensamientos en estilo indirecto libre, los adaptaremos a la perspectiva de una tercera persona. Es decir, los
fragmentos en estilo indirecto libre los relataremos en tercera persona (y en redonda).
Ejemplo de estilo indirecto libre:
Aquella lejana tarde de julio, María se asomó al balcón atestado de geranios. No
la iban a convencer. Una nube inmensa y gris ocultó el sol. Si lo creían, lo llevaban claro.
Ejemplo de pensamiento:
«Esto es una locura —pensó Ana—, no sé qué vamos a hacer».
Aplastó el Lucky contra el cenicero y encendió otro.
Ejemplo del pensamiento anterior transformado en estilo
indirecto libre:
Aquello
era una locura, no sabía qué iban a hacer. Ana aplastó el Lucky contra el cenicero y encendió otro.
Ejemplo de estilo indirecto libre que contiene un monólogo
interior:
Laura encendió un Camel. Tenía que hacerlo. No, era demasiado para ella. Sí. Si hiciera un esfuerzo, lo conseguiría. Pero ayer no la llamaron. Lo aplastó contra el cenicero y encendió otro. Bastante tenía ya
con la casa y los niños.
Fluir de conciencia
El fluir de conciencia consiste en una corriente
desordenada de pensamientos, por lo que alteraremos la puntuación y la sintaxis. Lo referiremos en primera persona y lo escribiremos en cursiva. Conviene que sus fragmentos comiencen y terminen párrafo. Puede contener monólogos interiores y soliloquios (también en cursiva).
El nivel de la voz narradora y el de la actividad mental
se hallan claramente diferenciados (escribiremos la voz del narrador en redonda y el fluir de conciencia en cursiva).
Ejemplo:
María apartó los exámenes y encendió un Lucky. Salió al
balcón. Observaba a la gente envuelta por el aire denso de Madrid.
Tengo
que decírselo, pero no puedo y todo se escapa todo fluye y yo aquí, aquí
inmóvil esperando ¿a qué? ¿A quién? Inmóvil. Todo se escapa todo vuelve todo
cambia y siempre es lo mismo. Yo dejé de ser yo incluso antes de nacer y no
nací y seguí siendo yo. Y sigo sin decírselo. Yo.
Entró y siguió corrigiendo.
Ejemplo de fluir de conciencia que contiene un monólogo
interior:
María apartó los
exámenes y encendió un Lucky. Salió al balcón. Observaba a la gente envuelta
por el aire denso de Madrid.
Tengo que
hacerlo. No, es demasiado para mí, y encima mañana vienen. Sí. Si hago un
esfuerzo, lo conseguiré. Pero ayer no me llamaron. ¿Les habrá pasado algo? No
sé yo, no sé yo. Bastante tengo ya con la casa, los niños y el trabajo.
Entró y siguió corrigiendo.
Ejemplo de fluir de conciencia que contiene un
soliloquio:
María apartó los exámenes y encendió un Lucky. Salió al
balcón. Observaba a la gente envuelta por el aire denso de Madrid.
Tengo que
hacerlo. No, es demasiado para ti y encima mañana vienen. Sí. Si hago un
esfuerzo, lo conseguiré. Pero ayer no te llamaron. ¿Les habrá pasado algo? No
sé yo, no sé yo. Bastante tienes ya con la casa, los niños y el trabajo.
Entró y siguió corrigiendo.
¡Ya sabemos cómo trabajar las actividades mentales en
tercera persona!
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