41. El método de trabajo II


Escritura del primer borrador

Tras haber asimilado la información de las fichas que conforman la preescritura de nuestra novela, procederemos a realizar el primer borrador. Esta es una etapa de eclosión creativa: escribiremos sin detenciones, sin retroceder para corregir.

Empezaremos a tener en cuenta los tres niveles narrativos  (voz narradora, actividad mental [artículos 25 y 26y diálogo), la gestión de la información y las pautas estilísticas.

Es frecuente que terminemos escribiendo algo distinto a lo que habíamos planificado.

Atención: Si efectuamos cambios, han de ser lógicos y coherentes.

Cuando nos adentramos en la ejecución de un proceso creativo o nos erigimos en receptores de una obra artística, se produce una suspensión parcial y temporal de la realidad que nos circunda.

A la hora de escribir el primer borrador, nos sumergiremos en la frecuencia creativa.


           Inmersión en la frecuencia creativa:

1. Dejaremos de ser nosotros para ser nuestros personajes.

2. Abandonaremos nuestra casa o cualquiera que sea nuestro lugar de trabajo para adentrarnos en las coordenadas espaciales, temporales y sensoriales de nuestro argumento.

3. Estaremos enamorados de nuestros personajes (aunque sean psicópatas) y de nuestro argumento (aunque tenga un final desolador).

4. Lidiaremos con el enemigo interno, esa vocecita que nos comunica que no seremos capaces de llevar a cabo cada nueva empresa a la que nos enfrentamos.

5. Nos desharemos de la máscara del escritor, ya que escribir bien no significa hacer gala de un estilo ampuloso. Escribir bien significa expresar lo que deseamos transmitir mediante los principios de la economía lingüística (que no significa hacer uso de un estilo telegráfico), la precisión léxica, la belleza y las opciones estilísticas medidas al milímetro.

6. Además, combatiremos el perfeccionismo. El perfeccionismo solo conduce a la parálisis. No podemos obsesionarnos con escribir una novela perfecta, puesto que la perfección está excluida de la condición humana; sin embargo, intentaremos escribir la mejor novela que seamos capaces.

7. No escribiremos y corregiremos simultáneamente el primer borrador. Si lo hacemos, lo único que conseguiremos será bloquearnos.

8. Y, por último, haremos frente a la obsesión, a la ansiedad que genera el hecho de enfrentarnos a un proceso creativo y al exceso de planificación.

El enemigo interno, la máscara del escritor, el perfeccionismo, la escritura y corrección simultánea del primer borrador, la obsesión, la ansiedad y el exceso de planificación no permiten que la creatividad fluya. Son los «fantasmas» del escritor. Si dejamos que nos dominen, jamás podremos finalizar nuestro proyecto.

Nota: La frecuencia creativa es una actitud, una actitud artística.

Claves para ejecutar el primer borrador:
1. Leeremos lo que escribimos el día anterior.

2. Realizaremos cada día un esquema de cinco o seis líneas con lo que vamos a escribir, después ese esquema se transformará en varias páginas.

3. Tendremos en cuenta dónde se halla el punto de vista.

4. Visualizaremos de modo cinematográfico la escena a narrar (lo que se ve y se oye) y añadiremos el resto de sentidos pertinente, si no estamos trabajando un punto de vista neutro. Tras esta visualización exhaustiva, hasta el más mínimo detalle, solo escribiremos lo que posea un porqué y una justificación.

Todo lo que hemos desechado, pese a que lo «hayamos sentido», forma parte del subtexto. Según Hemingway: el subtexto constituye el 80 % de una novela.

5. Trabajaremos los resortes dramáticos, las expectativas y las expectativas falsas; además de las contextualizaciones y los detalles. Siempre habrá alguna expectativa abierta, pero no abriremos expectativas en cada escena.

Nos detendremos en descripciones, anécdotas, reflexiones, digresiones, recuerdos (con un porqué y una justificación), etc., tras haber abierto una expectativa o cerrado un obstáculo.

6. Si nos bloqueamos: nos aseguraremos de que ninguno de nuestros «fantasmas» nos está saboteando, revisaremos las fichas de la preescritura, preguntaremos a nuestros personajes, releeremos pasajes de novelas que nos conmuevan, etc.

7. Escribiremos todos los días y al dar por concluida nuestra tarea, aún habremos de estar inspirados.

8. Dejaremos un párrafo inacabado para que al día siguiente nos resulte más fácil retomar nuestro proyecto.


¡Ya sabemos cómo enfrentarnos a nuestro primer borrador!


Y en el próximo artículo vamos a reflexionar acerca del proceso de corrección.


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