Las acotaciones suponen las indicaciones del narrador
para situar al lector en el devenir argumental. Si el lector está ubicado, no acotaremos. En todo momento sabrá quién habla o
piensa, dónde, cuándo y el punto de vista de la narración.
Acotación
del pensamiento
Efectuaremos las acotaciones de los pensamientos mediante verbos de actividad mental (por ejemplo, pensar) y verbos de otro tipo.
A continuación, vamos a ejemplificar los casos esenciales
de la acotación del pensamiento con un verbo de actividad mental:
1. «Esto es una locura»,
pensó Ana.
2. «Esto es una locura —pensó Ana—, no sé qué vamos a hacer».
3. «Esto es una locura —pensó
Ana—. No sé qué vamos a hacer».
Ahora vamos a ejemplificar los casos esenciales
de la acotación del pensamiento con un verbo que no está relacionado con la actividad
mental:
1. «Esto es una locura —pensó
Ana—, no sé qué vamos a hacer». Aplastó
el Lucky contra el cenicero y encendió otro.
2. Ana daba vueltas por el salón. «Esto es una locura —aplastó el Lucky contra el cenicero y encendió otro—, no sé qué vamos a hacer».
3. Ana daba vueltas por el salón. «Esto es una locura. —Aplastó
el Lucky contra el cenicero y encendió otro—. No sé qué vamos a hacer».
Cuando un pensamiento ocupe más de un párrafo (los
párrafos coinciden con los punto y aparte), comenzaremos el siguiente con las comillas de cierre.
Ejemplo:
«¿Qué
vamos a hacer ahora? Ahora que lo sabe todo el mundo.
»Los niños estarán durmiendo. Es mejor que me vaya. —Laura suspiró—. Escribiré. Sí, eso. Escribiré una nota a Pedro diciéndole que no me busque. Mañana será otro día y yo ya ni sabré quién soy».
»Los niños estarán durmiendo. Es mejor que me vaya. —Laura suspiró—. Escribiré. Sí, eso. Escribiré una nota a Pedro diciéndole que no me busque. Mañana será otro día y yo ya ni sabré quién soy».
Acotación
del diálogo directo
No necesitamos acotar cada oración y frase dentro de una
intervención dialogada. Podemos trabajar una intervención de unas tres líneas sin
ninguna acotación, si el lector está ubicado.
No repetiremos en cada acotación los gestos y tics
propios de cada personaje, los mencionaremos de vez en cuando.
Si trabajamos un diálogo extenso entre dos personajes: cada tres o cuatro intervenciones recordaremos, de algún modo, quién habla.
Las acotaciones que requieran un verbo de lengua las
realizaremos normalmente con el verbo decir.
Evitaremos verbos como farfullar. También haremos uso de verbos como gritar, preguntar,
exclamar, etc. No debe preocuparnos la repetición de decir. Pues los verbos decir y pensar en el ámbito de la acotación resultan «invisibles» para el lector. Acotaremos con la forma dijo y evitaremos le dijo.
A continuación, vamos a ejemplificar los casos esenciales
de la acotación del diálogo directo con el verbo decir:
1. —Esto es una locura —dijo
Ana.
2. —Esto es una locura —dijo
Ana—, no sé qué vamos a hacer.
3. —Esto es una locura —dijo
Ana—. No sé qué vamos a hacer.
Ahora vamos a ejemplificar los casos esenciales
de la acotación del diálogo directo con un verbo que no está relacionado con el
habla:
1. Ana daba vueltas por el salón—. Esto es una locura, no sé
qué vamos a hacer. —Aplastó el Lucky contra el cenicero y
encendió otro.
2. Ana daba vueltas por el salón—. Esto es una locura —aplastó el Lucky contra el cenicero y
encendió otro—, no sé qué vamos
a hacer.
3. Ana daba vueltas por el salón—. Esto es una locura. —Aplastó
el Lucky contra el cenicero y encendió otro—. No sé qué vamos a hacer.
4. Ana encendió un
Lucky—. Esto es una
locura, no sé qué vamos a hacer.
Ejemplo con pensamiento, acotación y diálogo:
«Ja, lo sabía», piensa Juan. Los dedos recorren el informe sudoroso—. Aquí está, Alberto. Lo he encontrado. —«La muy imbécil creería que podría engañarme».
«Ja, lo sabía», piensa Juan. Los dedos recorren el informe sudoroso—. Aquí está, Alberto. Lo he encontrado. —«La muy imbécil creería que podría engañarme».
Acotación
del diálogo entrecomillado
Si necesitáramos acotar la información insertada en las
comillas angulares: tomaríamos como referencia la acotación del pensamiento, sustituyendo el verbo de actividad mental por uno de lengua.
¡Ya sabemos cómo acotar los pensamientos y los diálogos!
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