El bloqueo creativo supone una situación transitoria de «esterilidad» artística, motivo por el cual necesitamos saber:
― ¿Qué es?
― ¿Por qué se produce?
― Clases
― Herramientas para combatirlo
¿Qué es?
El bloqueo creativo consiste en la incapacidad momentánea para crear. Hemos de repetir
que es momentánea y que es común a
todos los artistas, cualquiera que sea su disciplina. Bajo
ningún concepto nos angustiaremos, pues pronto pasará.
¿Por qué se produce?
Solemos bloquearnos a causa de alguna de las situaciones
que vamos a enumerar a continuación:
Estamos
cansados
Si estamos cansados, no nos forzaremos a escribir.
No
estamos en la frecuencia creativa (trance o actitud artística)
Cuando nos sentamos a escribir, dejamos de
ser nosotros (metafóricamente) para ser nuestros personajes. También dejamos de estar
en nuestro salón, habitación, etc., para adentrarnos en el contexto imaginario
que estamos recreando. Si no conseguimos esto, no podremos dar rienda suelta a la creatividad.
Alguno
de los «enemigos» o «fantasmas» del escritor está entorpeciendo nuestro trabajo
A continuación, señalaremos los «enemigos»
o «fantasmas» que
frecuentemente nos acucian:
El crítico interno
El crítico interno es esa voz interior que, de manera continua, nos
dice que no seremos capaces de llevar a cabo cualquier actividad nueva. Como forma parte de nosotros, lo mejor será que nos aliemos
con él. Le escucharemos porque habla de nuestros puntos débiles; sin
embargo, no permitiremos que nos paralice.
Contra el crítico interno estableceremos hábitos
graduales y meditaremos.
Hábitos graduales: Al incorporar una actividad nueva a nuestra rutina, lo
haremos de modo escalonado y aumentaremos su intensidad cada veintiún días. El cerebro asociará esta actividad a su zona de confort y no nos
saboteará cuando nos dispongamos a realizarla.
Meditación: La meditación consiste en dejar la mente en blanco; es
decir, desconectaremos ese diálogo que, sin interrupción, mantenemos con nosotros
mismos. Diálogo en el que interviene nuestro crítico interno (el que nos recuerda a
todas horas que no podemos). Como dejar la mente en blanco es difícil, empezaremos con dos o tres segundos e iremos aumentando el tiempo cada
veintiún días.
El perfeccionismo
El perfeccionismo nos conduce a la parálisis creativa y
vital. Una técnica, casi infalible, contra él es la
planificación. En vez de pasar horas y horas corrigiendo un párrafo en fase del
primer borrador: ¿por qué no pasamos horas y horas planificando? Quizá así podamos dar por concluido algún trabajo.
Cuidado: El
exceso de planificación es nocivo e impide que la creatividad fluya.
A causa del perfeccionismo, eliminamos el trabajo
realizado y empezamos desde cero una y otra vez; por lo que no nos permite finalizar ningún proyecto. No tenemos que escribir una novela perfecta. Escribiremos la mejor novela que podamos sin obsesionarnos y disfrutando.
La máscara del escritor
El estilo literario actual se caracteriza por la
sencillez y la concisión. El mundo está cansado de retóricas huecas. Si en vez
de decir que Ana tenía una sonrisa preciosa,
decimos que La sonrisa de Ana iluminó
como un sol de primavera la oscuridad de mi alma errante. Es posible que
estemos escribiendo bajo la presión de la máscara del escritor.
Escribir bien no significa hacer gala de un estilo artificioso.
Escribir bien significa referir ideas muy elaboradas, coherentes y profundas con
sencillez. La máscara del escritor aparece cuando intentamos «hacernos
los artistas». En consecuencia, relataremos lo que deseamos expresar con claridad y con nuestras propias palabras; lo cual nos ahorrará tiempo y escritura innecesaria.
El qué dirán
No debemos tener miedo de manifestar lo que «llevamos
dentro», no ha de importarnos que el lector piense que nos ha
ocurrido. Plasmaremos ideas profundas y que nos enamoren
mediante un argumento bien estructurado, y dejaremos que el lector especule acerca de
si son vivencias autobiográficas o no.
El miedo a hacerlo mal
Siempre que comenzamos una nueva actividad, cometemos
errores. Lo mismo pasa con la literatura. Nuestros primeros relatos y novelas puede que sean muy malos. No importa, seguiremos practicando hasta obtener el estilo deseado.
El creer que lo hacemos mal
Un exceso de inseguridad puede conducirnos a un
estancamiento en el desarrollo de nuestro potencial creativo. Si hacemos algo mal y conseguimos comprender el error, habremos aprendido muchísimo; pues no hay mayor aprendizaje que el obtenido a
través de la experiencia propia.
El creer que estamos listos para ganar el Nobel de Literatura
Un exceso de seguridad puede conducirnos a un
estancamiento en el desarrollo de nuestro potencial creativo. La altivez suele cegarnos. En este caso no podremos determinar y
atajar nuestros errores.
El desconocimiento del argumento
Si desconocemos las peripecias y aventuras que vivirán
nuestros personajes: ¿cómo vamos a escribir nuestra novela?
El desconocimiento de los personajes
Si desconocemos a nuestros personajes, sus motivos, pulsiones, pasado, objetivos, etc.: ¿cómo vamos a escribir nuestra
novela?
No estamos «enamorados» de nuestro
argumento
Si no «sentimos» nuestro argumento: ¿cómo vamos a escribirlo?
No estamos «enamorados» de nuestros
personajes
Si no logramos «empatizar»,
«enamorarnos», «sentir» y «vivir» las vidas
de nuestros personajes: ¿cómo vamos a escribir nuestra novela?
No hemos conseguido adentrarnos en la frecuencia creativa
Si no conseguimos (metafóricamente) dejar de ser
nosotros para ser nuestros personajes. Si no logramos sumergirnos en el
contexto imaginario que hemos creado: ¿cómo vamos a escribir nuestra novela? Nuestros problemas y preocupaciones quedarán apartados durante el proceso creador (los platos sucios pueden esperar).
Al entrar en la frecuencia creativa, el transcurrir de
las horas será frenético. Cada uno de nosotros tiene que hallar la manera de ingresar en ella (meditación, ejercicio moderado, música relajante, rock, oscuridad, silencio, etc.). Ya que el hecho de zambullirnos en el trance artístico no llega de la nada.
La frecuencia creativa es una cuestión a la que no damos
importancia al principio. Sin embargo, cuando nos enfrentamos a la hoja en blanco y las palabras no fluyen: ¿qué ocurre entonces?
Estamos obsesionados con nuestra novela y somos incapaces de desconectar
Si no desconectamos de ella diariamente, caeremos en la obsesión y no conseguiremos finalizarla.
Por último, señalaremos que estos «enemigos» operan
desde el subconsciente y suelen actuar en compañía. Por lo tanto, es frecuente que nuestra creación se vea obstruida (de modo simultáneo) por el crítico interno, el perfeccionista,
la máscara del escritor, el miedo a hacerlo mal y la obsesión. Ellos nos
empujarán a escribir y corregir al mismo tiempo nuestro primer borrador en un
marco muy lejano al de la frecuencia creativa.
Clases
Antes de la preescritura
El bloqueo puede aparecer incluso antes de la preescritura. Sentimos la necesidad de escribir, pero
no sabemos de qué. Además, desconocemos las técnicas que facilitan la inspiración y carecemos de un método eficaz de trabajo. Por consiguiente, nos enfadamos con nosotros mismos y, bajo este
estado de frustración, comenzamos a escribir lo que no será nada.
Durante la preescritura
El bloqueo también nos puede molestar durante la preescritura. Nos atascamos
en alguno de sus puntos. No sabemos cómo otorgar coherencia y verosimilitud a
alguna parte del argumento.
Durante la redacción del
primer borrador
El bloqueo también puede hacer acto de presencia mientras redactamos el primer borrador. Cuando esto ocurre es porque estamos
escribiendo y corrigiendo a la vez. Puede darse el caso de que corrijamos durante horas un
párrafo que en fase de reescritura o revisiones eliminaremos.
Durante las correcciones
El bloqueo también nos puede fastidiar durante la fase de correcciones. No
damos con la oración adecuada, nos falta un adjetivo, no sabemos cómo expresar
físicamente una emoción, no sabemos cómo modificar un diálogo poco natural,
etc.
Herramientas para combatirlo
Por suerte, hay técnicas altamente eficaces que nos
ayudan a combatir el bloqueo creativo. Estas técnicas se dividen en dos grupos: técnicas
internas y técnicas externas.
Técnicas internas o de
acercamiento
Comprobaremos que no estamos escribiendo y corrigiendo
simultáneamente el primer borrador.
Comprobaremos que no nos hemos «descarriado» de la frecuencia creativa.
Comprobaremos que ningún «fantasma» está obstaculizando nuestro trabajo.
Revisaremos las tramas.
Formularemos preguntas a nuestros personajes, esta es una
de las mejores técnicas para superar el bloqueo.
Técnicas externas o de
alejamiento
Si con ninguna de las técnicas internas conseguimos
desbloquearnos: lo mejor será que desconectemos. Daremos un paseo, veremos una película (que nos resulte
inspiradora), leeremos un poema (que nos transmita alguna sensación), llamaremos
a un amigo, leeremos una novela (que nos conmueva) o simplemente
dormiremos. De cualquier forma, nuestro cerebro seguirá trabajando a nivel no
consciente sobre nuestro proceso creativo.
¡Ya sabemos cómo hacer frente al bloqueo creativo!
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