El punto de vista consiste en la perspectiva desde la que
el narrador refiere el argumento. Si vamos a utilizar diferentes voces narradoras, relataremos cada capítulo desde una única voz narradora. Si vamos a trabajar una voz narradora en tercera persona
desde diferentes puntos de vista, referiremos cada capítulo o cada escena desde
un único punto de vista. Sería conveniente que eligiéramos una opción.
Resumiremos lo anterior en una voz narradora por
capítulo y un punto de vista por escena. El personaje con punto de vista es el único que puede
expresarse mediante actividad mental.
El narrador con punto de vista en un personaje conoce la
interioridad de este personaje y la exterioridad de los otros. El narrador se introduce en el cerebro del personaje con
punto de vista y la «cámara» que va registrando lo que refiere se ubica en los ojos de dicho personaje. Entonces, ¿qué puede ver y no ver el personaje con punto
de vista?, ¿qué puede percibir y no percibir?, ¿qué puede sentir y no sentir? Reflexionaremos sobre estas cuestiones.
Si estamos narrando desde el punto de vista de Luis,
diremos que Antonio se puso rojo.
Luis puede verle. Pero diremos que Luis
sintió que se ponía rojo. Luis
no puede verse, salvo que se halle ante un espejo.
Si estamos narrando desde el punto de vista Luis, diremos
que Luis entregó un libro a Antonio. Pero, si estamos narrando desde el punto de vista de
Antonio, diremos que Antonio recibió un
libro de Luis.
El personaje con punto de vista es el primero que aparece
en la escena; sin embargo, no es necesariamente el primero que aparece en cada uno de sus párrafos y oraciones.
Si estamos trabajando una primera persona y el personaje
con punto de vista no es un hombre con una edad comprendida entre treinta y cincuenta
años, lo dejaremos claro desde el principio. El lector asume que ese yo se refiere a una figura masculina de
mediana edad.
Si estamos trabajando un narrador en primera persona y
este narrador va a referirse en repetidas ocasiones a una segunda persona, la mostraremos desde el principio.
Cuando relatemos en tercera persona, él o ella en boca del narrador se referirá al personaje con punto
de vista.
El personaje con punto de vista no sabe de dónde viene o
adónde va un desconocido, no sabe qué piensa o siente otro personaje, no sabe
qué hacen otros personajes cuando no los puede ver. Y desconoce estas
cuestiones, excepto que podamos justificar su conocimiento; por ejemplo, sabe
cómo se sentía y qué pensaba otro personaje porque está leyendo su diario.
Si el narrador dice algo que el personaje con punto de
vista no puede saber, añadiremos un matiz de probabilidad.
Ejemplo :
Aquella ráfaga de
luz me cegó y posiblemente a mi padre y a mi hermana también.
Algunos matices de probabilidad:
― seguramente, posiblemente, acaso, quizá, tal vez, etc;
― parecer;
― como + gerundio;
― deber de + infinitivo;
― el condicional simple (llegaría, hablaría, etc.).
De manera general, añadiremos matices de probabilidad en
los casos señalados a continuación:
― Cuando el narrador refiera la interioridad de un
personaje sin punto de vista.
― Cuando el narrador refiera la exterioridad del personaje
con punto de vista (estado de su pelo, cara o cuello; es decir, lo que no puede
ver, a no ser que se encuentre ante un espejo).
― Cuando el narrador refiera qué hacen otros personajes ubicados fuera del campo de visión del personaje con punto de vista.
Nota: Los personajes sin punto de vista expresan su interioridad a
través de sus diálogos.
Si estamos trabajando un punto de vista neutro, no habrá
actividades mentales y el narrador solo referirá lo que se ve y se oye
(sin intención). El narrador no podrá adentrarse en la interioridad de ningún
personaje. El punto de vista neutro (siempre en tercera persona)
supone el modo más cinematográfico de narrar. A través del «objetivo de una cámara» no podemos registrar pensamientos, sentimientos, emociones, etc., aunque sí sus
manifestaciones externas.
Por ejemplo, mediante un punto de vista neutro no
podremos expresar que Juan estaba furioso; pero sí que Juan daba
puñetazos contra una pared.
Si utilizamos un punto de vista neutro, podremos
expresar que María caminaba con firmeza. La abstracción firmeza
puede ser registrada por el «objetivo de una cámara». Sin embargo, no podremos expresar que María caminaba pensando en sus hijos; en
este supuesto necesitaríamos la adición de un matiz de probabilidad: María caminaba probablemente pensando en sus hijos.
También es importante que a la hora de trabajar el punto
de vista tengamos en cuenta los verbos ir,
venir, traer y llevar. Ir y
llevar suponen el allí del personaje con punto de vista o de la ubicación de la «cámara» en el punto de vista neutro. Venir
y traer suponen el aquí del personaje con punto de vista o de la ubicación de la «cámara» en el punto de vista neutro. Por consiguiente, si narramos desde el punto de vista de Ana; diremos que Ana fue a la habitación de Rosa o Rosa vino a la habitación
de Ana. Y diremos que Rosa trajo unas revistas a la habitación de
Ana o Ana llevó unas revistas a la habitación de Rosa.
Por último, aclararemos que ningún narrador duda de lo
que percibe el personaje con punto de vista respecto a objetos, lugares y
animales (pese a que su percepción, a veces, sea errónea). En estos casos no añadiremos
ningún matiz de probabilidad.
Ejemplo :
Del colchón
manaron escarabajos que parecían metálicos.
Aunque podemos añadir otro tipo de matización: Del colchón manaron escarabajos metálicos, o eso le pareció a Matilde a simple vista.
No obstante, sí añadiremos un matiz de probabilidad con
pesos y medidas.
Ejemplo :
Aquel perro quizá pesara treinta kilos.
¡Ya tenemos las bases para trabajar de modo correcto el
punto de vista!
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