La actividad mental consiste en la expresión de
emociones, sentimientos, juicios, opiniones, etc., a nivel interno del
personaje con punto de vista.
Con un narrador en primera persona trabajaremos las siguientes
actividades mentales:
― Monólogo interior
― Soliloquio
― Fluir de conciencia
El personaje con punto de vista puede hacer uso de estas
tres actividades mentales.
El nivel de la voz narradora y el de
la actividad mental se hallan mezclados, pero nosotros (como autores) los diferenciaremos. Si la primera persona va a referirse en repetidas ocasiones
a una segunda persona, la mostraremos desde el principio.
Monólogo interior
El monólogo interior consiste en un diálogo a nivel
interno entre un yo 1 y un yo 2. Lo escribiremos en redonda mezclado con la voz del narrador.
Ejemplo:
Tengo que callarme. Pues sí, que calladita estoy más guapa. No sé por qué
no puedo controlar esta boquita que Dios me ha dado. ¡Ja!, boquita digo.
Tengo que callarme (yo
1). Pues sí, que calladita estoy más guapa (yo 2). No sé por qué no puedo controlar esta boquita que
Dios me ha dado (yo 1). ¡Ja!,
boquita digo (yo 2).
Soliloquio
El soliloquio consiste en un diálogo interno entre un yo y una segunda persona. Lo escribiremos en redonda mezclado con la voz del narrador. Esta segunda persona puede ser otro personaje, un yo 2 encubierto o el lector.
El soliloquio puede aparecer esporádicamente o constituir la práctica totalidad de la novela. Este es el
caso de Cinco horas con Mario
(Miguel Delibes).
Ejemplo:
Tengo que callarme. Pues sí, que calladita estás más guapa.
No sé por qué no puedo controlar esta boquita que Dios me ha dado. ¡Ja!,
boquita dices.
Tengo que callarme (yo).
Pues sí, que calladita estás más guapa (tú).
No sé por qué no puedo controlar esta boquita que Dios me ha dado (yo). ¡Ja!, boquita dices (tú).
Fluir de conciencia
El fluir de conciencia consiste en una corriente
desordenada de pensamientos, por lo que alteraremos la puntuación y la
sintaxis. Lo escribiremos en redonda mezclado con la voz del narrador.
Ejemplo:
Tengo que callarme que calladita estoy mejor, pero no
puedo controlarlo y todo se escapa todo fluye y yo aquí aquí sentada esperando
sentada ¿a qué? esperando ¿a quién? Sentada. Todo se escapa todo vuelve todo
cambia siempre es lo mismo. Yo dejé de ser yo incluso antes de nacer y no nací
y sigo siendo yo. Y sigo sin callarme. Yo.
Ejemplo extraído
de La muerte de Artemio Cruz (Carlos
Fuentes):
Yo y no solo
yo, otros hombres, podríamos buscar en la brisa el perfume de otra tierra, el
aroma arrancado por el aire a otros mediodías: huelo, huelo: lejos de mí, lejos
de este sudor frío, lejos de estos gases inflamados: las obligué a abrir la
ventana: puedo respirar lo que guste, entretenerme escogiendo los olores que el
viento trae: sí, bosques otoñales, sí, hojas quemadas, ah sí ciruelos maduros,
sí sí trópicos podridos, sí salinas duras, piñas abiertas con un tajo de
machete, tabaco tendido a la sombra, humo de locomotoras, olas de mar abierto,
pinos cubiertos de nieve, ah metal y guano, cuántos sabores trae y lleva ese
movimiento eterno: no, no me dejarán vivir: se sientan de nuevo, se levantan y
caminan y vuelven a sentarse juntas, como si fueran una sola sombra, como si no
pudiesen pensar o actuar por separado, se sientan de nuevo, al mismo tiempo, de
espaldas a la ventana, para cerrarme el paso del aire, para sofocarme, para
obligarme a cerrar los ojos y recordar cosas, ya no me dejan ver cosas, tocar
cosas, oler cosas.
Ejemplo extraído de El
guardián entre el centeno (Jerome David Salinger):
Llovía
muchísimo y la gente que había en el cementerio empezó a correr hacia los
coches. Aquello fue lo que más me reventó. Todos podían meterse en su
automóvil, y poner la radio, y después irse a cenar a un restaurante menos
Allie. No pude soportarlo. Ya sé que lo que está en el cementerio es solo su
cuerpo y que su espíritu está en el cielo y todo eso, pero no pude aguantarlo.
Daría cualquier cosa porque no estuviera allí. Claro, ustedes no le conocían. Si le hubieran conocido entenderían lo que
quiero decir. Cuando hace sol, puede pasar, pero el sol no sale más que cuando
le da la gana.
En esta novela el autor trabaja la voz narradora mediante la técnica del monólogo interior, con injerencias de soliloquios, en un estilo próximo al del fluir de conciencia. El personaje narrador en primera persona (Holden
Caulfield) a veces se dirige al lector mediante un ustedes. Y este ustedes está presente en la primera línea:
¡Ya
sabemos cómo trabajar las actividades mentales en primera persona!
Y en el próximo artículo vamos a revisar las
actividades mentales en tercera persona.
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