31. Las digresiones y las historias incrustadas


Las digresiones y las historias incrustadas suponen técnicas o recursos narrativos. Si vamos a trabajar alguno de ellos: lo emplearemos en la voz narradora, actividad mental  (artículos 25 y 26) o diálogoTanto las digresiones como las historias incrustadas constituyen interrupciones optativas del argumento que no tienen por qué incidir en su avance; sin embargo, deben otorgarle verosimilitud.

Las referiremos desde el punto de vista pertinente.


Digresiones

Cuando realizamos una digresión, nos apartamos del asunto central de nuestro argumentoPodemos intercalarlas en cualquier nivel narrativo y las dividiremos en partes o las trabajaremos de una vez. Suelen constituir minitramas o anécdotas. Tenemos que anunciar su entrada y su salida. Verificaremos la salida mediante un espacio activo en blanco o un cambio de capítulo.

Un caso interesante de digresiones aparece en la novela Las flores de Baudelaire (Gonzalo Garrido). En esta novela la trama principal gira en torno a la familia Krüger y al asesinato de Anabel Krüger (niña con síndrome de Down). La novela está narrada desde la perspectiva de una primera persona testigo. El narrador es un fotógrafo que se obsesiona con el suceso. Este narrador va entremezclando la trama de los Krüger con digresiones sobre su vida.


Historias incrustadas

Las historias incrustadas suponen tramas que se imbrican en un argumento del que son ajenas. Podemos intercalarlas en cualquier nivel narrativo y las dividiremos en partes o las trabajaremos de una vez. Tenemos que anunciar su entrada y su salida. Verificaremos la salida mediante un espacio activo en blanco o un cambio de capítulo.

Miguel de Cervantes hace un uso magistral de las historias incrustadas en Don Quijote de la ManchaPor ejemplo, intercala en la primera parte de la obra la metanovela El curioso impertinente, leída por el cura Pedro Pérez en la venta de Palomeque.

A continuación, vamos a citar algunos ejemplos de historias incrustadas en Don Quijote:
1. La historia de Grisóstomo y Marcela
2. La historia de Cardenio, Luscinda, Fernando y Dorotea
3. La historia de Ginés de Pasamonte
4. La historia del capitán cautivo

Otro ejemplo de historias incrustadas lo hallamos en el libro Las mil y una noches. En este libro el sultán Shahriar desposaba, a diario, una virgen y la mandaba decapitar al día siguiente. Era una venganza porque su primera esposa le había sido infiel. Ya había matado a muchísimas mujeres cuando conoció a Scheherezade, quien se ofreció contra la voluntad de su padre para aplacar la ira del sultán. Scheherezade iniciaba una narración cada noche y el sultán escuchaba gustoso. Al llegar el alba, la interrumpía y durante la noche siguiente la terminaba e iniciaba otra. Unos relatos se encadenan con otros durante mil y una noches y tres hijos. Con este método el sultán fue entretenido y adoctrinado. Entre estas historias incrustadas se encuentran las de Alí Babá, Simbad el Marino, Aladino, etc.


Al volver de la interrupción argumental que supone una digresión o una historia incrustada, tendremos en cuenta las siguientes cuestiones:

1. Si tiene lugar durante una breve conversación, volveremos al mismo punto espacial y temporal.

2. Si tiene lugar durante un brevísimo viaje en metro (una estación, por ejemplo), volveremos a un punto espacial diferente y al mismo punto temporal.

3. Si tiene lugar durante un viaje de ida y vuelta, volveremos al mismo punto espacial y a un punto temporal diferente.

4. Si tiene lugar durante el sueño de una noche, volveremos al mismo punto espacial y a un punto temporal diferente.

5. Si tiene lugar durante un viaje de ida, volveremos a un punto espacial y temporal diferente.


¡Ya sabemos cómo ejecutar las digresiones y las historias incrustadas!


Y en el próximo artículo vamos a reflexionar acerca del efecto Rashomon y del contraste.


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