miércoles, 27 de febrero de 2019

¿Por qué tenemos que resumir?


El resumen también corre a cargo del narradorGrosso modo; resumiremos información que no incide en el avance argumental, pero le ofrece verosimilitud.

El resumen suele nutrirse de la abstracción.
Ejemplo: Antonio estaba muy enfadado.

Nunca resumiremos y describiremos de manera simultánea una misma información.
Ejemplo con error: Antonio estaba muy enfadado (resumen/abstracción) y dio un puñetazo contra la pared (descripción/recreación física).

Para evitarlo, hemos de decantarnos por una de las siguientes opciones:
1.  Antonio estaba muy enfadado.
2.  Antonio dio un puñetazo contra la pared.

El lector no necesita informaciones duplicadas.

A través del resumen le ofrecemos información que necesita conocer; sin embargo, es información que no requiere ni ver ni sentir.

Cuidado: Un exceso de resúmenes provoca un estilo informativo y aburrido.

El estilo ideal es aquel que combina adecuadamente en la voz narradora resúmenes y descripciones. Esto es, tenemos que decidir qué informaciones resumiremos y cuáles describiremos. Y yendo un poco más lejos: diremos que el estilo ideal es aquel que articula las informaciones que constituyen el argumento (sin repetirlas) mediante los resúmenes, descripciones, actividades mentales y diálogos.

Las descripciones, las actividades mentales y los diálogos inciden en el avance del argumento.
Los resúmenes otorgan verosimilitud al argumento.


Bueno, no nos demoramos más y damos paso a la página titulada El resumen del narrador.

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