Cuando el narrador es una primera persona: el personaje
narrador puede materializar su actividad mental mediante el monólogo interior,
el soliloquio y el fluir de conciencia.
El monólogo interior consiste en un diálogo, en el ámbito de la actividad mental (nivel narrativo 2), del personaje narrador consigo mismo. Esto es: un diálogo mental
entre un yo 1 y un yo 2.
El soliloquio
consiste en un diálogo, en el ámbito de la actividad mental (nivel narrativo 2),
del personaje narrador con una segunda persona. Esto es: un diálogo mental
entre un yo y un tú.
Esta segunda persona (tú,
usted, vosotros, ustedes) puede suponer un desdoblamiento del personaje
narrador, puede ser otro personaje, el lector o una persona concreta.
El fluir de conciencia consiste en una corriente libre de pensamiento, en el ámbito de
la actividad mental (nivel narrativo 2). Admite la ausencia de puntuación,
puntuación incorrecta y oraciones y frases inacabadas. Su objetivo
radica en mostrar como nuestros pensamientos van de un lado a otro, la mayoría
de las veces sin un hilo conductor lógico.
Estas tres actividades mentales se mezclan con la voz
narradora (nivel narrativo 1) sin señales externas que permitan diferenciar
ambos niveles. Sin embargo, nosotros, como autores, sí los distinguiremos.
Bueno, no nos demoramos más y damos paso a la página
titulada La actividad mental en primera persona.
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