La fórmula narrativa en la que vamos a encorsetar nuestro
argumento es muy importante. La definiremos y no nos desviaremos de ella
bajo ningún concepto.
¿Vamos a utilizar una voz narradora o diferentes voces
narradoras?
¿Vamos a relatar nuestro argumento en primera o en
tercera persona?
¿Vamos a injertar pasajes referidos a una segunda
persona?
¿Vamos a relatar nuestro argumento desde un punto de
vista o desde diferentes puntos de vista?
Así, si fuéramos a trabajar un argumento en primera
persona: podríamos desarrollarlo mediante una carta, intercambio epistolar o egografía.
Si referimos el argumento mediante una carta (en primera
persona destinada a una segunda persona), el receptor puede ser otro personaje
o el propio lector.
Ejemplo: Donde el corazón te lleve (Susanna Tamaro).
Si referimos el argumento mediante un conjunto de cartas,
los personajes se las envían unos a otros.
Ejemplo: Las amistades peligrosas (Pierre Choderlos de Laclos).
Si referimos el argumento mediante una egografía,
relataremos una parcela de nuestra experiencia vital. Todo lo expresado será
real, aunque podremos modificar los nombres de los personajes y lugares.
Ejemplo: También esto pasará (Milena Busquets).
Bueno, no nos demoramos más y damos paso a la página
titulada Las fórmulas narrativas.
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