La novela del Romanticismo suele ubicarse dentro de la novela de corte realista. Los hechos que refiere, generalmente, pueden darse o haberse dado en
el mundo que conocemos.
El Romanticismo surge en
Alemania hacia 1770 y perdura en Europa hasta finales del siglo xix. Se trata de un movimiento
cultural y artístico que toma conciencia
del yo como entidad autónoma. Exalta lo diferente frente a
lo común, la fealdad frente a la belleza, la muerte frente a la vida, la
individualidad frente a la multitud.
La novela de esta época suele recrear
el sufrimiento provocado por un amor imposible. Se nutre de una sensorialidad
exacerbada (graznidos de cuervos, humedad, frío, oscuridad) y puede culminar con el suicidio
del protagonista.
A continuación, vamos a citar
un ejemplo de novela romántica:
Cumbres borrascosas (Emily Brontë).
Dentro de la corriente
literaria desarrollada en el Romanticismo, germina la novela gótica. Novela imbricada en el seno de la novela fantástica y estrechamente ligada al terror. En ella aparecen paisajes
sombríos, castillos, criptas, fantasmas, esqueletos, cadenas, etc. Se desarrolla en ambientes
nocturnos.
Por último, vamos a citar un
ejemplo de novela gótica:
Los misterios de Udolfo (Ann Radcliffe).
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