lunes, 10 de septiembre de 2018

Manos a la obra

     
Ya sabemos que queremos propalar a los cuatro vientos esa idea que ronda por nuestra cabeza día y noche. Sin embargo, hemos de tener claro que una idea no puede sostener el peso de una novela. Es más, ni siquiera sustentaría el de un cuento. Así que una idea no es una historia y una historia se conforma de diferentes ideas engarzadas de modo coherente.

Cuando tengamos esas ideas enlazadas, pensaremos en los personajes. Sin personajes no hay historia.
¿Qué quiere cada uno de ellos?
¿Qué acciones emprende para conseguirlo?
¿Qué necesita?
¿Cómo es físicamente?
¿Cómo es psicológicamente (su carácter)?

Además, trabajaremos su pasado salpicándolo con anécdotas aunque muchas de ellas no las utilicemos después. Los personajes darán «vida» a nuestras historias. Esas historias que interpretan la esencia humana, una y otra vez, desde tiempos inmemoriales. Que recrean una parcela de la realidad trascendiéndola. Que nos ayudan a comprender a los otros y a nosotros mismos. Y es que nuestra vida sin la ficción resultaría bastante insulsa.

La ficción supone uno de los espejos que nos devuelve una imagen artística de los logros y fracasos de la condición humana. Entonces, consideraremos que la ficción forma parte de la realidad y la realidad, de la ficción.

Por un lado: la ficción forma parte de la realidad al tratarse de un «producto» físico, psicológico y gnoseológico.
— Se trata de un «producto» físico, ya que se verifica mediante un objeto: el libro.
— Se trata de un «producto» psicológico, ya que plasma parte de la psicología del autor y apela a la de cada lector (entendiendo la psicología como el conjunto de emociones, sentimientos y percepciones de cada ser humano).
— Se trata de un «producto» gnoseológico (conocimiento), ya que refleja parte de los conocimientos del autor y apela a los de cada lector.

Y por otro lado: la realidad forma parte de la ficción, debido a que la ficción toma los elementos que la constituyen del mundo real. Lo cual ocurre incluso cuando nos referimos a la ciencia ficción y fantasía. Estos tipos de literatura interpretan lo desconocido partiendo de lo conocido (mundo real).

Para concluir esta entrada, diremos que la literatura es algo mucho más serio de lo que a simple vista pudiera parecer; pese a que su finalidad fundamental sea la de entretener al lector.


Bueno, no nos demoramos más y damos paso a la página que contiene la Introducción de este blog.

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