El greenpunk
suele ubicarse dentro de la ciencia ficción de crítica social. Puede ser un retrofuturismo si se sitúa en el pasado.
Supone un movimiento de especulación ficticia que intenta
despertar la sensibilidad ecológica en el individuo. Pretende concienciar
acerca de la explotación descontrolada de los recursos naturales y limitados
del planeta. Esta corriente apuesta por el uso de energías renovables
y no contaminantes, por el reciclaje y la reutilización.
A continuación, vamos a citar dos ejemplos de novela greenpunk:
Fractura (Dioni
Arroyo). Distopía situada en el futuro.
Páramos
lejanos (Josué Ramos). Retrofuturismo.
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