La
ficción argumental literaria se escinde básicamente en cuento, relato y novela.
Un
cuento se compone de escenas y cada
escena, de párrafos.
Una
escena constituye una unidad de lugar, tiempo, acción y punto de vista. Cambiaremos
de escena siempre que uno de estos cuatro elementos varíe. Efectuaremos el paso
de una escena a otra mediante un espacio activo en blanco.
El
punto y aparte delimita los párrafos.
Conformaremos el cuento a partir de la cadena de acción del protagonista, que
contendrá siete eslabones con altibajos crecientes. Esta cadena de acción se erige en la trama del
cuento y aparecerá en todas las escenas. La
trama y el argumento coinciden.
Si
el antagonista es un personaje, lo trabajaremos a través de su ficha. El
antagonista (personaje o concepto) aparecerá directa o indirectamente en todas
las escenas.
En
un cuento no hay tramas secundarias, aunque sí aparecen personajes secundarios
(trabajados por fichas). Estos personajes no harán acto de presencia en todas
las escenas. El
número de personajes secundarios y circunstanciales es muy reducido.
Un
relato y una novela se componen de capítulos; los capítulos, de escenas, y las
escenas, de párrafos.
Podemos conformar la cadena de acción del protagonista con catorce eslabones, con el primer o el segundo grupo de eslabones «falsos» o con siete eslabones. Los
obstáculos crecientes de una cadena de acción de catorce eslabones suelen erigirse
minicadenas de acción. Si el antagonista es un personaje, lo desarrollaremos mediante una cadena de acción de siete eslabones o a través de su ficha.
El
protagonista aparecerá en todos los capítulos. El antagonista (personaje o concepto) aparecerá directa o indirectamente en todos los capítulos.
Ejecutaremos
la trama de cada personaje secundario mediante una cadena de acción de siete o
cuatro eslabones o a través de una ficha de personaje. Las de
cuatro eslabones comienzan por el objetivo. Las
cadenas de acción de los secundarios contienen menos obstáculos que la del
antagonista y sus tramas no aparecen en todos los capítulos.
En
el relato hay menos personajes
secundarios y circunstanciales que en la novela.
Referiremos
el relato mediante una voz narradora
y un punto de vista o diferentes puntos de vista. Referiremos
la novela mediante una voz narradora
o diferentes voces narradoras.
La
novela goza de mayor extensión que
el relato; pues se nutre de un número más
elevado de tramas, obstáculos y personajes secundarios y circunstanciales.
Bueno,
no nos demoramos más y damos paso a la página titulada Otras cuestiones.
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